Tarta de queso y mango sin horno

Receta ↓ Ángela Solar

Descubre esta deliciosa tarta de queso y mango sin horno, ¡una combinación perfecta de cremosidad y frescura! Sin necesidad de horno, su base de galleta y relleno de queso cremoso te conquistarán, mientras que la suave capa de mango encantará a todos.

Ingredientes necesarios

Para preparar esta deliciosa tarta de queso y mango sin horno, necesitarás reunir los siguientes ingredientes:

• Galletas - Yo prefiero usar galletas tipo María, pero puedes optar por otras variedades. Lo importante es que se trituren bien.
• Mantequilla - Derrite la mantequilla para mezclarla con las galletas. Así, conseguirás una base crujiente y sabrosa.
• Queso crema - Es el ingrediente estrella del relleno. Si no tienes queso crema, puedes probar con mascarpone o queso de untar.
• Nata para montar - Aporta cremosidad al relleno. Asegúrate de montarla bien antes de incorporarla a la mezcla.
• Gelatina en polvo - Sirve para espesar y estabilizar el relleno. Si prefieres evitar la gelatina, puedes probar con agar-agar o simplemente omitirla.
• Mango fresco - Puedes usar mango picado o en puré, según tus preferencias. Yo suelo hacer una combinación de ambos para dar textura a la tarta.

Preparación de la base

¡Empecemos por la base! Tritura las galletas hasta que queden en polvo, luego derrite la mantequilla y mézclala con las galletas trituradas. Yo prefiero usar galletas María para esta receta, pero tú puedes elegir tus favoritas.

Presiona la mezcla en el fondo de un molde desmontable y mételo en la nevera durante 30 minutos para que endurezca. ¡Así tendrás una base crujiente y deliciosa!

Elaboración del relleno

Comienza mezclando el queso crema con el azúcar hasta que quede suave y cremoso. Yo suelo usar queso crema de untar, pero si quieres un sabor más intenso, prueba con mascarpone.

A continuación, incorpora la nata montada y la gelatina previamente hidratada. La nata le dará una textura esponjosa y ligera al relleno, mientras que la gelatina lo mantendrá estable y firme. Si prefieres evitar la gelatina, puedes probar con agar-agar o simplemente omitirla, pero ten en cuenta que el relleno puede ser menos compacto.

Por último, añade el mango picado o en puré. Yo prefiero una combinación de ambos para dar textura y jugosidad a la tarta. Si no tienes mango a mano, puedes usar otras frutas tropicales como la piña o la papaya. ¡Quedará igual de deliciosa!

Montaje y decoración

¡Es hora de montar nuestra deliciosa tarta de queso y mango sin horno! Vertemos el relleno suave y cremoso sobre la base de galletas crujientes. Alisamos la superficie con una espátula para conseguir una apariencia uniforme y atractiva. Mi recomendación: ¡no tengas miedo de lamer la espátula!

Ahora, vamos a decorar nuestra obra maestra. Podemos añadir trozos de mango fresco o un coulis de mango para darle un toque de color y sabor adicional. Otra idea que me encanta es espolvorear un poco de coco rallado por encima, ¡le da un toque tropical perfecto!

Finalmente, refrigeramos la tarta durante al menos 3 horas, o hasta que el relleno esté completamente cuajado. Recuerda, ¡la paciencia es clave para conseguir una tarta perfecta!

Variantes de la receta

¡Esta tarta de queso y mango es tan versátil que puedes adaptarla a tus gustos y necesidades culinarias! Aquí te dejo algunas ideas para que la hagas a tu manera.

• Uso de otros tipos de galletas para la base: ¿Por qué no probar con galletas digestive, oreo o galleta María? Cada una le dará un sabor y textura diferente a la base de tu tarta. Recuerdo que una vez hice esta receta con galletas de coco y quedó espectacular.
• Alternativas al mango: Otras frutas tropicales como la piña, el kiwi o la papaya pueden sustituir al mango en esta receta. También puedes combinar varias frutas para crear tu propia mezcla única. ¡Quedará deliciosa!
• Opciones para una versión más ligera o sin azúcar: Si buscas una opción más ligera, puedes sustituir la nata por yogur griego natural sin azúcar. Además, puedes usar edulcorantes como la stevia o la eritritol en lugar de azúcar. Recuerda que el sabor puede variar ligeramente, pero aún así quedará riquísima.